Recordaba una ocasión en que escuché a una joven gritarle a su Madre:
¡No te metas en mi vida!
Su madre entonces le dijo:
¡Un momento, no soy yo la que me meto en tu vida, tú te has metido en la mía!
Hace muchos años, gracias a Dios, y por el amor que papá y yo nos teníamos llegaste a nuestras vidas,,,,,, ocupaste todo nuestro tiempo, aún antes de nacer….
Me sentía mal, no podía comer, todo lo que comía lo devolvía, y tenía que guardar reposo….
Tuve que repartirme entre las tareas de mi trabajo y las de la casa para cubrir las cosas ….
Los últimos meses del embarazo, antes de que llegaras a casa, yo no dormía y no dejaba dormir…..
Los gastos aumentaron increíblemente, tanto que gran parte se gastaba en ti,,,,, en un buen médico que atendiera me atendiera y me ayudara a llevar un embarazo saludable, en medicamentos, en la maternidad, en comprarte todo un guardarropa; mamá no veía algo de bebé que no lo quisiera para ti, un vestido , un moisés… todo lo que se pudiera, con tal de que TÚ estuvieras bien y tuvieras lo mejor posible.
¿Que no me meta en tu vida??????
Llegó el día en que naciste: hay que comprar algo para darles de recuerdo a los que te vinieran a conocer (pensé ), hay que adaptar un cuarto para la bebé.
Desde la primera noche no dormí…. Cada tres horas como si fueras una alarma de reloj me despertabas para que te diera de comer……… En ocasiones te sentías mal y llorabas y llorabas, sin que muchas veces supiera que hacer, pues no sabía qué te sucedía y hasta lloraba contigo…..
¿Que no me meta en tu vida?????
Empezaste a caminar; yo no sé cuando he tenido que estar más detrás de “ti”,,,,, si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya sabías…..
Ya no podía sentarme tranquila a leer el periódico o a ver una película, o el partido de mi equipo favorito, porque para cuando me acordaba, te perdías de mi vista y tenía que salir tras de ti para evitar que te lastimaras…..
¿Que no me meta en tu vida??????
Todavía recuerdo el primer día de clases, cuando tuve que llamar al trabajo y decir que no podría ir, ya que tú en la puerta del colegio no querías soltarme y entrar, llorabas y me pedías que no me fuera, tuve que entrar contigo a la escuela y pedirle a la maestra que me dejara estar a tu lado un rato ese día en el salón, para que fueras tomando confianza……
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Marcos Vélez
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