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Frente a los resultados positivos de la actuación médica, el comentarista relaciona los negativos, los que son peor que la muerte, fruto muchos de ellos de una especie de encarnizamiento asistencial innecesario en el que la persona es utilizada sin sentido alguno.
¿Es peligrosa la medicina oficial?
La medicina oficial es muy beneficiosa. Basta pensar en un médico de cabecera conocido de “toda la vida” ayudando en el proceso de morir a un paciente en su domicilio, la visita médica refrescante de cada mañana, el tener su teléfono para llamarle a cualquier hora, el uso apropiado de la morfina y otros analgésicos, la resolución de todo problema y complicación, desde el insomnio al estreñimiento, la escucha terapéutica y el apoyo a quienes cuidan e intentan mantener el tipo, el cumplimiento de los deseos del paciente, etc.
Pero… ¿es peligrosa la medicina oficial?
Toda actividad médica puede provocar efectos adversos, y cuanto más potente es la medicina oficial, más peligrosa se torna
Conllevan riesgos los inmensos poderes de una medicina oficial muy potente, que bien empleada logra lo comentado, ayudar a morir en paz y con dignidad en el propio domicilio, por ejemplo. Pero toda actividad médica puede provocar efectos adversos, y cuanto más potente es la medicina oficial, más peligrosa se torna.
Así, en otro ejemplo, los antibióticos son medicamentos extraordinariamente beneficiosos pero, incluso bien utilizados, es inevitable que generen resistencias bacterianas (gérmenes que resisten a los antibióticos). No digamos nada si los antibióticos se emplean en exceso e indebidamente, en medicina pero también en veterinaria. El daño puede llegar a superar el beneficio y, “si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales” ver fuente
¿Hay datos de daños por la medicina oficial?
Para hacerse una idea, se estima que en Estados Unidos mueren cada año 128.000 personas por consecuencia de tratamientos bien prescritos por la medicina oficial y bien cumplidos por los pacientes, pues todo medicamento conlleva riesgos, inevitablemente ver fuente
España está a la “cabeza del mundo” en consumo de antibióticos en humanos “sin razón epidemiológica que lo justifique”, y se encuentra entre los primeros países de Europa en infecciones por bacterias resistentes a los antimicrobianos. De hecho, se calcula que cada año mueren unos 35.000 españoles por consecuencia de las resistencias bacterianas ver fuente
Se calcula que cada año mueren unos 35.000 españoles por consecuencia de las resistencias bacterianas
Si consideramos los errores médicos de la medicina oficial en los hospitales, en Estados Unidos se ha calculado que provocan en torno a las 250.000 muertes (evitables) ver fuente – ver fuente – ver fuente
En España, entre 2001 y 2006, hubo 350.000 ingresos hospitalarios por efectos adversos de medicamentos y otras intervenciones médicas de la medicina oficial ver fuente
¿Cuál es el riesgo de morir si viajas en avión?
Volar en avión es una actividad muy segura. Se estima que hay una muerte anual por cada 10 millones de pasajeros; por ejemplo, en 2016 hubo 325 muertos habiendo volado un total de 3.500 millones de pasajeros.
El riesgo de morir es de 0,01 por 100.000 personas y año ver fuente – ver fuente
¿Cómo se comparan riesgos de morir, por ejemplo, respecto a tomar una aspirina a diario?
Si se toma una aspirina “preventiva” a diario teniendo una edad media de vida y buena salud, el riesgo de morir por dicho tratamiento es de 10,4 por 100.000 personas y año.
El trabajo de oficinista tiene un riesgo de morir de 0,4.
El trabajo de bombero, de 10,6.
El trabajo de leñador en el bosque, de 357.
Viajar en motocicleta, de 450.
Jugar al fútbol en el colegio, de 0,06.
El escalar en la montaña, de 36.
El escalar en el Himalaya, de 13.000
Ingresar en un hospital ¿qué riesgo de muerte conlleva?
El riesgo de morir por causa de la atención médica oficial (causa evitable) es de 333 por cada 100.000 pacientes y año.
El riesgo de sufrir un error en la atención médica oficial durante el ingreso en el hospital es de 10.000 por cada 100.000 pacientes y año ver fuente
Es decir, el riesgo de morir al ingresar en el hospital es 33.333 veces mayor que el riesgo de morir por viajar en avión.
Para hacerse idea, es como estar subido en una escalera de un metro contra estar subido en una escalera de treinta y tres kilómetros (tres veces la altura a la que vuelan los aviones transatlánticos).
En otra comparación, la posibilidad que toque “El Gordo” en la Lotería Nacional de Navidad de España es de 1 por 100.000. Es decir, la probabilidad de morir por daños por la actividad sanitaria oficial al ingresar en un hospital es 333 veces mayor que la probabilidad de conseguir “El Gordo”.
¿Hay vida antes de la muerte?
El colmo de la medicina oficial no es causar muertes evitables, sino lograr resultados peores que la muerte
El colmo de la medicina oficial no es causar muertes evitables, sino lograr resultados peores que la muerte.
En Estados Unidos, los resultados de una encuesta -realizada a una cohorte de enfermos mayores de 60 años ingresados en un hospital y con enfermedades crónicas graves (cáncer avanzado, insuficiencia cardíaca crónica grave, EPOC evolucionado)- para evaluar determinadas situaciones en relación con la muerte demostró que:
-casi el 70% de los pacientes entrevistados consideraron igual o peor que la muerte la incontinencia urinaria y/o fecal, la dependencia de un respirador o no poder moverse de la cama;
-casi el 60% consideraron igual o peor que la muerte estar confuso todo el tiempo, la alimentación por sonda o la necesidad de cuidados continuos ver fuente
En el hospital el paciente es desnudado, encamado y aislado de su familia. Además, con frecuencia se le somete a rituales sin sentido, como poner una sonda nasogástrica en paciente demente, una vía en vena “por si acaso”, medicación por dicha vía aunque haya tolerancia oral, heparina por el reposo, sonda urinaria “preventiva”, etc. El colmo es ser derivado al servicio de urgencias estando moribundo, lo que no es raro. En España, en un hospital de 300 camas, se pudo demostrar que llegaban a urgencias unos 100 pacientes al mes en situación tan terminal que algunos murieron en las ambulancias que los traían y los llevaban ver fuente – ver fuente
En general, la familia y los profesionales de la medicina oficial se alían para ir contra la Ley de Autonomía del Paciente y “hacer todo-todo-todo”, lo que significa encarnizamiento médico hasta la muerte.
Síntesis
Hay un tiempo para todo.
Todo tiene su momento oportuno.
Hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir.
La medicina oficial a veces acelera la muerte entre los pacientes que ingresan en los hospitales, y a veces parece querer hacerla imposible cuando ya ha llegado, convirtiendo la vida en un sufrimiento peor que la propia muerte.
Por ello, para evitar incumplir el lema básico de “primero no hacer daño”, tenemos que preguntarnos ante los daños que causa la medicina oficial, 1 y 1000 veces:
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
¿Hay vida antes de la muerte? ¿Hay vida antes de la muerte?
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Marcos Vélez
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