“Es mi salud, yo elijo” Mi posicionamiento sobre las polémicas “pseudociencias”.
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“Es mi salud, yo elijo” Mi posicionamiento sobre las polémicas “pseudociencias”. Ante las últimas noticias aparecidas en algunos blogs y medios de comunicación que cuestionan que las universidades alberguen enseñanzas de medicinas y terapias naturales – reconociendo que la actividad es totalmente legal – por considerar que éstas carecen de respaldo científico suficiente para ser aceptadas en el entorno universitario, Quiero aportar los siguientes razonamientos:

  • Es evidente que no sólo de ciencia vive la Universidad, pues buena parte de los estudios que en ella se desarrollan no son científicos, ni pretenden serlo nunca, dado que según la RAE: “se consideran ciencias aquellas disciplinas de las que se pueden deducir leyes o principios generales con capacidad predictiva y comprobable experimentalmente”. Una vez establecido esto, no cabe duda de que materias como el Derecho, el Periodismo, la Historia, la Filosofía,… no responden a la definición de materias “científicas” y, sin embargo, a nadie se le ocurriría cuestionar su carácter universitario. Otro tanto ocurre con las disciplinas técnicas, algunas de las cuales fueron universitarias mucho tiempo antes que la propia medicina.
  • Buena parte de las terapias naturales existentes cuentan con el respaldo de numerosas investigaciones, estudios, ensayos,… realizados bajo estrictos parámetros científicos por profesionales y en instituciones del más alto nivel y con resultados admitidos y publicados en medios de difusión científico del máximo prestigio internacional.
  • Otro dato a tener en cuenta es que la mayoría de las terapias naturales cuentan con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), máxima autoridad mundial en materia de salud y sanidad, que además ha elaborado una estrategia para el desarrollo de estas terapias en le mundo – a la que OMS denomina “tradicionales y complementarias”.
  • Tengo muy presente el verdadero espíritu y esencia de la ciencia. El verdadero científico es curioso, observa, se pregunta y actúa para buscar respuestas, es decir, investiga. El verdadero científico no anatemiza. El verdadero científico no cierra las puertas a nada, no pide que se eche a la calle a nada, sino que pide que se hagan más preguntas y se busquen las respuestas, y da un paso al frente para ser el primero en trabajar en ello, mucho más aún si se es científico investigador. El verdadero científico sabe que lo que antaño no estuvo probado, hogaño lo está, y que lo que hoy no lo está, puede estarlo mañana. El verdadero científico es prudente y paciente, anima y no estorba al avance de la ciencia.
  • Ante una creciente demanda social, en la mayoría de los países de nuestro entorno (OCDE), disciplinas como la naturopatía, osteopatía, medicina tradicional china, etc. tienen reconocimiento oficial y se estudian como títulos oficiales reconocidos por el Estado. De ahí el respeto que merecen las decenas de miles de profesionales que, debidamente formados y certificados, realizan estas tareas en España y en toda la U.E. (la cifra estimada de profesionales que practican estas terapias en la UE es de unos 500.000), así como los correspondientes millones de pacientes que usan estas terapias.

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Marcos Vélez

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